Acá estoy otra vez, en el campo base pero a nivel del mar. Hace un calor húmedo y el tiempo está virando a tormentoso pero estoy recuperando el estado físico, que no el mental que es irrecuperable...es broma, no se asusten.
Bueno, la última vez creo que nos quedamos en...la fortaleza de Santa Teresa. Al día siguiente y para evitar el calor a las 7.55 h ya estaba en ruta. Una carretera recta entre pastizales que en un momento dado se ensanchaba considerablemente y hacía las veces de pista de aterrizaje me llevó tras 40 km hasta la mismísima frontera con Brasil, en Chuy. Afortunadamente agarré el primer omnibus para la capital porque aquello solo era comercio y más comercio y uno se satura en dos minutos. Hasta acá han llegado los árabes comprando los negocios, sobre todo del lado brasileiro, y me imagino que los chinos -los fenicios del s.XXI- están a punto de caer.
La vuelta entre sueño y vigilia fue rápida y lo que me costó siete días lo desandé en cinco horas de omnibus. Llegada a Montevideo y primer choque con la realidad urbanita: había partido del Nacional (junto con el Peñarol los dos grandes clubs de la ciudad) y hordas de hooligans iban y venían dando muestra de su refinada educación . Por suerte ganó y en vez de liarse a los botellazos con el primero que pasase estuvieron hasta la madrugada berreando algo que se podía aproximar -siendo muy benevolente- a cánticos e himnos.
Hoy toca cultura y así me encaminé al Museo del Gaucho, en 18 de Julio, y después de esta sesión con ustedes voy al Torres García, el maestro uruguayo del, no sé si cubismo o estructuralismo o qué sé yo -Javier seguro que lo sabe...¿o le pongo en un aprieto?-, me entero y se lo explico en la próxima entrega.
Ya les dije que mañana a la noche salgo para otro lugar en mitad de la nada pero esta vez acompañado. Me despido agradeciendo el fiel seguimiento que me estais haciendo muchos de vosotros, aunque la mayoría no comente.
Un abrazo,
Emilio
Solo rodeado de pastos y más pastos donde campan a sus anchas
vacas hereford y caballos.
Bueno pues como todos los artistas de ese periodo pasó un poco por todo aunque él creo un modelo pictórico llamado universalismo constructivo aunque a mi se me asemeja a un Braque americanizado o a un De koening indigenista-en lo que he podido ver-. No está mal el gachó.
ResponderEliminarBienvenido a la civilización...
Hola, soy Roberto. Sigo atentamente tu periplo y como pasas de un sufrimiento a otro: carnavales agotadores, autos locos, deshidratación y agotamiento en la chiva, playas sofocantes, lo de ir de compras... aunque es más duro con mujeres (ellas nunca se cansan), futboleros vocingleros, museos interminables...
ResponderEliminarEn cuanto al fútbol, por aquí el Madrid le ha recortado dos puntos al Barcelona, pero todavía está muy lejos y no hay nerviosismo.
Seguimos con buen tiempo y yo sin aprovfecharlo apenas...
Bicos (como diría Belen)
Tu amigo tiene razón: Torres García era constructivista. Como anécdota no menor, vivió gran parte de su vida en Barcelona...
ResponderEliminarA mí no es que me encante, pero ver una de sus obras es pensar en Montevideo...
Pasátelo bien en Río Negro.
Me estoy yendo a la Facultad de Agronomía para reunirme con Mario Costa, el gerente con el que conoceré la Unidad Cooperativa nº1 de Cololó, Soriano.
ResponderEliminarPara los que apuestan por nuevas formas de producción y distribución, basadas siempre en el movimiento cooperativista, como alternativa viable al sistema actual determinado únicamente por la propiedad privada, les remito a un entrevista que pueden leer marcando "Unidad Cooperativa número 1 Cololó" en Google. Como dicen acá: Imperdible!
Veo que la ruta uruguaya a pedales-diesel no para... muchos ánimos desde los madriles!!
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