No saben lo que me costó llegar hasta acá. Si lo supieran ni muertos vendrían en bici.
Les cuento: ayer, lindo día, me levanto a las 8, desayuno en el hostel de Piriápolis y como un senhor ciclista inicio la ruta. Todo bien pero empiezan a pasar los kilómetros y a subir los grados. Bueno, de a poco -me dije-. Al tran tran llego a Punta del Este, que es como una Marbella pero en chiquito, hasta las trancas de argentinos. No me agradaba quedarme porque prefería la playa tranquila. Seguí carretera hasta Jose Ignacio (mi cuenta entonces ya marcaba 90 km y sin una gota de agua). Ví un super y me pareció la versión urbanita del oasis en el desierto. Compré agua y más agua y enigma: qué hacer? Hasta el siguiente camping o albergue otros ochenta km y, lo peor, por pista teniendo que atravesar dos lagunas (Garzón y Rocha -dato relevante para los que conocen el país-). Llegué más por amor propio que por fuerzas hasta la primera y emboqué la travesía. Todo bien. Pero de repente se abrió la nada y kms y kms por recorrer. Ningún ser humano en kms y alguna granja de vez en cuando: seguí, qué iba a hacer, la carpa -tienda de campanha- la podía plantar en cualquier lugar y al menos que fuese cercano a algún punto de agua. Divisé unas casitas al lado del mar y....UN POZO!!! No hubo duda: allá me quedé. Eran las 18h. A las 21h el ciélo se oscurerció y en diez minutos tenía un tormentón del carajo. Ya andaba dentro de la carpa que resistía los envistes como un búnker. Me desperté después de casi diez horas y, alegre porque haría una etapita corta hasta La Paloma, tiré hacia la segunda laguna. No saben lo que era el viento: sin dar una sola pedalada me ponía a 30 por hora y en cinco minutos andaba en la mismísima orilla: no podía ser. No había ni balsa ni puente ni alma humana y la vuelta era como subir un puerto: como mucho a 10 km/h....
PERO para los que arriesgan siempre se cumple la LEY DE LAS COMPENSACIONES!!! A lo lejos se acercaban unas manchitas que en segundos se transformaron en ciclistas viajeros: cinco argentinos de Buenos Aires a los que casi me lanzo a deguello por su agua y con los que atravesé empujando la bici por los médanos que separaban la laguna del oceáno. Así anduvimos como 5 kms con la arena que se metía hasta el orto pero LLEGAMOS y acá estoy, feliz -e hidratado- como una perdiz. Hoy descansamos acá y manhana ponemos rumbo a Cabo Polonio, otro lugar in the middle of nowhere- pero con agua y fuerzas recuperadas.
Soy Roberto. En la foto se te ve llenito, inchado de emoción... superhidratado y vitaminizado. No se como has podido engordar despues de la paliza que te diste. Abajo se te ve más trabajado, con morenoa albañil, pero con muy buena planta en medio de la llanura. Leer tu aventurita impresiona, pero por suerte apareció la compañia cuando más te hacia falta (no se como no te estás "cagando en las muelas" de tu desaparecido amigo de viaje, el de vietnam.
ResponderEliminarPor aquí y para que no pierdas el hilo, adamos con la inteligencia emocional de Belen y María que ya nos están enbarcando en una nueva aventura pedagógica.
Por lo demás yo sigo mejorando poco a poco y la proxima semana me toca revisión en Salamanca (a ver que se cuenta el aparatejo). isabel sale a correr a menudo y yo la miro con un poco de envidia (aunque mucha menos que la que te tengo a tí).
Sigue disfrutando y que no tengas que sufrir demasiado. Un abrazo
Hola, unos días sin entrar por aquí y ya has recorrido medio Uruguay ¡qué guay!, del Mehari a la chiva, de un depósito que pierde a una sed que necesita. De casitas a la carpa. De la ciudad al mar. Una pregunta ¿ha pagado el primo de Quique las letras del carromato? porque el Mehari era un carromato de los del señor López Vázquez ¿hay alguna Graciiiiiiiita por ahí? Bueno cuando vos pueda deme respuestas a estas interesantes preguntas. Un abrazo. Pedro (aunque firmaré como Pelopincho, mi nick en el blog de mi instituto)
ResponderEliminarCuantas venturas y desventuras desde Uruguay, la del Mehari se lleva la palma, sobre todo por la gente tan peculiar que te vas encontrando por esos lares. A pesar del calor, la sed y el cansancio no consigues darnos pena sino mucha envidia y haces que vaya creciendo el gusanillo para que me embarque en una de esas. Besos
ResponderEliminarMª José (escalada)
Yo te avisé...(y el que avisa no es traidor)
ResponderEliminarSomos Angel,Amparo y José
ResponderEliminarHaz el favor de ponerte crema protectora.Como ves nos sale la vena padres. Centrate un poco y no hagas locuras. Queremos verte de nuevo. ¿Que tal el GPS? Parece que no hacemos mucho uso de él y que José Luis perdió el tiempo contigo a tenor de lo que acabamos de leer. La próxima vez que utilices coche procura que el depósito este en buenas condiciones e incluso el propio coche. Ya vemos que en el caso que te falle la enseñanza, servirías de mecánico.
Disfruta todo lo que puedes y sigue contándonos.
Muchos besos y cuidate.
Vaya moreno obrero que tienes!!!. Lo del viento, te creo, no hay peor enemigo que el calor sofocante que te hace sudar como loco y el viento que evapora el sudor. Como no refrescas, vuelves a sudar y deshidratado perdido... Como se nota que estás desubicado...viva el verano y viva la tormenta, regalo de los dioses al hombre que creyendose ellos los ha desafiado internandose en el Uruguay...
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