jueves, 12 de marzo de 2009

Esto se acaba...!

Caros amigos y seguidores:


Acabo de llegar a la Terminal de ómnibus de Montevideo y corriendo me vine al Ciber con los recuerdos aun calentitos. Vengo del único lugar en Uruguay que no obedece al término de Penillanura. Las Sierras de Minas y Carapé son una serie de montes cuyo máximo debe estar entorno a los seiscientos metros de altitud que ayudan a despertar cuando uno va en ómnibus y solo ve pastos y praderas y más pastos y más praderas.






Ayer arribé a Minas, la capital del departamento de Lavalleja, pero diez quilómetros antes me bajé para visitar Salus, el manantial que da la mejor agua del Uruguay. Bebí de la mismísima Fuente del Puma, y por lo que demoré en llegar hasta allá espero que tenga propiedades semajantes a la pócima de Asterix. Los tres quilómetros de la vuelta me las ahorré porque me levantó un camión que venía de la planta embotelladora y de ahí salté a un ómnibus de los años cincuenta que me llevó a la ciudad para seguir en otro que iba para Melo (donde está rodada la peli "El baño del Papa") y me largó en mitad de la nada (por enésima más una vez en este viaje) para alcanzar, tras cuatro quilómetros a pie por una "lindísima" pista embarrada hasta las cejas por la "esperada" lluvia de otoño, Villa Serrana, aldeíta de ranchos diseminados por el monte donde pude hacer noche en el Albergue. Como no paraba de llover "manso", me cociné unos tallarines y prendí la chimenea para quedarme dormido leyendo "Montevideanos" de M. Benedetti.

La insistente lluvia y el cansancio acumulado me ayudaron a resolver volverme a Montevideo dedicando apenas una breve visita al Teatro Lavalleja, en Minas, que desgraciadamente (para mí, no para el teatro) estaban remodelando y no pude visitar. En fin, que acá estoy de nuevo en Montevideo, viendo caer la lluvia y haciéndome a la idea de que esto se acaba.


En efecto, caros seguidores, todo se acaba. Pasaron ya seis semanas llenas de idas y venidas, personas que se cruzaron en el camino y lugares todos de una gran belleza, y ahora toca volver a la vida normal, con ganas también de ver a la familia, a los amigos y hasta a los alumnos, que a todos se echa de menos desde el otro lado del mundo...pero en solo unas semanas estaré de nuevo on the road, esta vez desde....la India!
Realmente fue un gusto enorme escribir este cuaderno de bitácora sabiendo que alguien lo leería. Tanto si les sirvió a unos para romper por unos minutos la rutina diaria como si ayudó a otros a considerar Uruguay o cualquier otra parte del mundo destino de sus próximas vacaciones, me alegra mucho saber que todos habéis compartido un poquito este viaje. Repito, fue un gusto. Nos vemos.
Emilio




lunes, 9 de marzo de 2009

La fiesta gaucha en imágenes!

Acá va una muestra de lo que fue este fin de semana gauchesco en Tacuarembó!





Como ya les conté, hubo todo tipo de actividades y exhibiciones relacionadas con el mundo gaucho además de conciertos de música tradicional: chacarera, payadas, etc concluyendo ayer con un homenaje en el Dia de la Mujer Trabajadora a las maestras rurales.







Tras una primera noche en la que apenas dormí un par de horas, a la mañana siguiente decidí subir al Balneario de Iporá, a siete km. de Tacuarembó, donde me bañé en el "Lago de la Juventud" y descansé en bruto cámping. Lugar impecable para hacer excursiones a pié, en bici, etc.

Por cierto, no se me van a olvidar los tallarines con tuco y carne de oveja "de casa" que comí en casa de los padres de mi buen amigo Martín. Impecable!
Vamos que nos vamos!! El otro día fui por fin a ver Murgas y me pareció un espectáculo tan impresionante que todas las noches que me quedan en Montevideo las voy a aprovechar para ver más. Mañana les cuento cómo son las Murgas del Carnaval de acá...
Nos vemos,
Emilio














sábado, 7 de marzo de 2009

Desde "la fiesta más criolla, en el pago más grande de la patria"

Bien amigos, seguidores, damas y caballeros: penúltima etapa del viaje. Desde Tacuarembó, la ciudad de Gardel y la patria de los gauchos, bien al norte del país, en mitad de la perenne penillanura pero ya salteada por bruscos cerros, saludos:
Me vine ayer -desgraciadamente en ómnibus- para disfrutar de una fiesta que por aquellos pagos extremeños también gustaría, sobre todo a los que viven el caballo -¿verdad Laura?-. Ayer plantamos la carpa en una especie de seudo camping esquivando los caballos que campan a sus anchas siendo los amos del territorio y no solo durante el festival. Acá los vaqueros que se ven desde la carretera conduciendo numerosos rebaños de vacas Hereford de una estancia a otra dependen del caballo. Su vida, sobre todo la de los peones porque los estancieros montan solo cuando les apetece, gira en torno al equino que es uno de los elementos que componen su día a día; los otros son el asado, el mate y la soledad. La raza predominante y casi única es la criolla: porte más bien bajo y robusto, de gran resistencia y bravo hasta que se doma. Por cierto, ayer presencié varias ruedas donde se veía algo calcado a lo que hemos visto tantas veces en la tele. Un tipo, siempre peón, monta un caballo desbocado durante un minuto, si llega, hasta que sale despedido aunque no termina de caer porque ya están prestos dos jinetes a socorrerle.
En fin, algo interesante y que uno no podía perdérselo estando acá. En minutos comienza el Desfile Gaucho por la ciudad, el plato fuerte del festival donde más de tres mil quinientos jinetes pasearán con ese aire chulesco y tal vez digno en exceso que tiene la gauchada. Lo malo del asunto es que ningún estanciero desaprovecha la oportunidad para alimentar aún más su ego restando protagonismo a los verdaderos gauchos que son los peones explotados durante toda su vida por los propietarios. Valoraciones personales aparte, este festival merece muchísimo la pena.
Seguiré la crónica mañana o cuando sea. Nos vemos.
Emilio

lunes, 2 de marzo de 2009

Una imagen vale más que mil cuentos míos!










De izda a dcha y de arriba a abajo:
  1. Parque municipal en San Javier
  2. La chiva y yo in the middle of nowhere (as usual)
  3. Cementerio de autos en las afueras de Paysandú
  4. Atardecer en el Rio Uruguay a la altura de Puerto Viejo (San Javier)
  5. Puertito en San Javier
  6. Atarcecer -again- en Las Cañas (Fray Bentos)














Y la bici no pudo más...

Ya tenía catorce años y muchos miles de kms la vieja -hoy hice memoria y ya recorrió ocho países...-
Ayer rompí el cuadro de la bici. Como lo oyen: ni avería mecánica ni fisurita, uno de los tirantes (tubito que va del eje de pedalier hacia atrás) se quebró literalmente.
Estaba saliendo de Fray Bentos hacia Mercedes y de repente...crash! Al principio pensé en la dirección y luego caí en que podía ser la caja del pedalier (algún rodamiento -munición le llaman acá- que se hubiera salido). Después de preguntar -era Domingo- dí con un tal Saldaña al que tuve que esperar un par de horas porque andaba en una competencia (carrera). Mientras tanto me tomé un helado de dulce de leche y tuve la enésima conversación sobre política y economía del viaje: es el tema favorito de los uruguayos no guríses ni adolescentes.
Por fin llegó el mecánico y me dice que "va a ser la caja de pedalier pero acá no tengo recambio, en Mercedes está el flaco Ruíz que te dará una mano". ¿Qué hacer? ¿tiro hasta Mercedes?...y tiré, treinta quilómetros de carretera llena de toboganes (los "campos suavemente ondulantes" me empiezan a paspar) sin levantarme del sillín porque cuando lo hacía parecía que aquello iba a romperse en mil pedazos -para entonces el cuadro ya estaba roto-. Esperé hasta hoy y antes de desayunar me fui a donde el flaco Ruíz. Sacamos el eje de pedalier: todo bien. Revisamos tornillería en platos y demás y no había nada suelto. Revisamos dirección: algo de holgura pero no era el problema. Por fin dimos con la avería: tirante partido y fin del viaje en bici. Me quedaban dos días-dos etapas: Carmelo y Colonia y ahora tengo que volver en ómnibus. Estoy un poco chafado pero así son los viajes...
Por lo demás, todo bien. El Sábado llegué a Las Cañas, el primer balneario del litoral en antiguedad, a 9 km de Fray Bentos. Fue cansado por el calor y porque desde San Javier hasta la ruta 2 tuve 87 kms sin una sola población ni un solo parador -bar de carretera o algo similar- y decidí hacerlos del tirón porque parar en mitad de la nada sin sombra podía ser peor. Eso sí, Las Cañas fue como un oásis. Después de beber dos litros de agua y ducharme me eché siesta y anduve a conocer la zona. Estaban haciendo un triatlón por postas -por relevos: cada uno hacía una parte- pero todo muy de andar por casa. Por cierto, los atardeceres en el río son impresionantes. A ver si puedo subir unas cuantas fotos para daros un poco más de envidia.
Nos estamos viendo.
Emilio